Probablemente una gran lámina encuadrada
de la Virgen del Rosario, propiedad de don Leandro Encina, haya sido la primera
que llegó a la zona del Puerto de Goya en el siglo XVIII y, tal vez, la misma
originó la advocación del Rosario en nuestra ciudad.
Así da cuenta una nota autoría de la profesora e
historiadora María Margarita Fogantini basada en investigaciones hechas por los
historiadores Arturo de Carranza (“LOS PRIMEROS POBLADORES DE GOYA",
Corrientes, 1993, Ediciones Amerindia) y Pedro Antonio Cassani (Recopilación de
Datos y Ensayo Histórico referentes a la Ciudad de Goya", 1960).
El escrito enviado a la Dirección Municipal de Prensa de
la profesora Fogantini, indica que en “en la década de 1780 don Leandro Encina
se afincó en el Paraje Batel donde tuvo un establecimiento ganadero. Se
desempeñó como aposentador de correo y también ejerció el oficio de carpintero”.
“Encina –acota- donó quinientos pesos más el material
necesario, "tejas" de palmera y tacuaras, para techar la capilla que se levantaba en el
Puerto de Goya, concluida hacia 1807.
Don Pedro Antonio Cassani registra: "la capilla fue
una construcción típica de campaña, sólida, con gruesas paredes de ladrillos
cocidos, techo de palma, piso de ladrillos, sin torre, el campanario colocado
en la parte delantera se encontraba formado por un maderamen apoyado en cuatro
altos postes de palmera; constituía una sola nave, que correspondería a la nave
actual sobre la calle Dr. Mariano I. Loza desde su puerta lateral hasta
dirección del altar mayor".-